La neumonía es la enfermedad infecciosa prevenible que solo en España causó más de 20.000 muertes en 2018, según el INE
A partir de los 60-65 años de edad, el sistema inmunológico sufre un deterioro que hace que la respuesta frente a las enfermedades infecciosas sea menor
Para concienciar sobre esta enfermedad, los expertos han señalado la importancia de contar con la colaboración de todos, no solo de los profesionales de la salud sino también con los medios de comunicación
Madrid, 5 de noviembre de 2020.- Durante la jornada, los profesionales hicieron hincapié en la importancia que tiene esta enfermedad y cómo prevenirla, ya que esta infección tiene una importante carga de morbilidad y mortalidad, sus síntomas son principalmente dolor torácico, escalofríos, dificultad para respirar, fiebre alta y tos productiva. “Aunque cualquier persona puede sufrirla, incluso aquellas que llevan una vida saludable, es fundamental prestar especial atención a los colectivos que tienen mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad”, ha señalado el Dr. Federico Martinón, coordinador del Grupo Neumoexpertos y jefe de servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
La neumonía es una enfermedad más frecuente de lo que se suele pensar y aunque no resulta desconocida para la sociedad ignora el riesgo que puede suponer contraerla. “Pese a ser una enfermedad prevenible en algunos casos, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2018 muestran que esta enfermedad causó en nuestro país 22.288 muertes, más de 12.000 con respecto al año anterior que se contabilizaron 10.222 fallecimientos”, ha destacado la Dra. Rosario Menéndez, directora de Área de Respiratorio en Hospital Universitario La Fe de Valencia.
Durante la jornada, los profesionales hicieron hincapié en la importancia que tiene esta enfermedad y cómo prevenirla, ya que esta infección tiene una importante carga de morbilidad y mortalidad, sus síntomas son principalmente dolor torácico, escalofríos, dificultad para respirar, fiebre alta y tos productiva. “Aunque cualquier persona puede sufrirla, incluso aquellas que llevan una vida saludable, es fundamental prestar especial atención a los colectivos que tienen mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad”, ha señalado el Dr. Federico Martinón, coordinador del Grupo Neumoexpertos y jefe de servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
En este sentido, los expertos han señalado que los principales grupos de riesgo por edad de la neumonía neumocócica son los menores de 2 años y adultos, a partir de los 60-65 años, puesto que a esta edad se inicia el llamado fenómeno de inmunosenescencia, un deterioro del sistema inmunológico que hace que la probabilidad de adquirir una enfermedad infecciosa se vea incrementada. “La edad en sí mismo es un factor de riesgo. Además, si a esto le sumamos las enfermedades crónicas como EPOC, diabetes o insuficiencia cardiaca, esto aumenta el riesgo de padecer una neumonía neumocócica y, además, facilita que esta se pueda complicar”, ha apuntado el profesor Angel Gil, académico correspondiente de la RANM y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la URJC. “En los adultos la incidencia de neumonía adquirida en la comunidad es muy elevada, de hecho, en los mayores de 65 años llegan a 1.400 casos por 100.000 personas/año”, ha concluido.
Durante el encuentro se ha puesto en valor, no solo el trabajo de todos los profesionales sanitarios - médicos de atención primaria, enfermeros, neumólogos, pediatras-, en el conocimiento de la neumonía neumocócica y cómo combatirla sino también de toda la sociedad. “Tenemos una oportunidad única de sensibilizar y advertir a la población sobre causas de neumonía, como la neumonía neumocócica o la gripe, que ya son prevenibles mediante vacunación, y ésta no es solo responsabilidad de los profesionales de la salud sino también de otros grupos como son los medios de comunicación, esenciales a la hora de transmitir información útil en el actual contexto de infoxicación, y sujeta a las evidencias científicas.”, ha concluido el Dr. Federico Martinón.