"El prospecto es la información escrita que acompaña al medicamento, dirigida al consumidor o usuario. Mediante él se identifica al titular de la autorización y, en su caso, al fabricante, se menciona su composición y se dan instrucciones para su administración, empleo y conservación, así como sus efectos adversos, interacciones, contraindicaciones y demás datos que se determinan en el anexo III de este Real Decreto, con el fin de proponer su más correcto uso y la observancia del tratamiento prescrito, así como las medidas a adoptar en caso de intoxicación". (Artículo 8.1. del Real Decreto 2236/1993, de 17 de diciembre, por el que se regula el etiquetado y prospecto de los medicamentos de uso humano)
Así pues el prospecto siempre acompaña al medicamento y es conveniente conservarlo para poder acudir a él en caso de que nos surgiera cualquier duda.
Es importante leer el prospecto del medicamento, aunque nos haya sido recetado por el médico, de un lado, porque en él tendremos por escrito, y a modo de recordatorio, la información que nos dio el médico; y de otro lado, porque en el caso de haber olvidado comentar al médico alguna alergia u otra información, en el prospecto encontraremos la información para saber si lo podemos utilizar o no.
Aún así recuerda que, siempre que acudimos al médico, es importante hacerle saber todos los medicamentos que utilizamos, así como alergias u otras enfermedades que se puedan tener, para que él pueda recetarnos el tratamiento más seguro para nuestro caso particular.
La comunicación con el médico es importante para conseguir el éxito con los tratamientos. El médico no puede adivinar lo que no le contamos, por lo que debemos informarle de cómo nos está funcionando el tratamiento.
El prospecto de un medicamento se encuentra estructurado en una serie de puntos:
No todas las personas pueden utilizar los mismos medicamentos. Pueden existir problemas de salud o bien, que se estén utilizando otros fármacos que impidan que una persona pueda utilizar un medicamento determinado. También es posible que sea necesario tener ciertas precauciones o realizar ajustes especiales en cada persona, de ahí la importancia de no automedicarse. El médico, siempre va a tener en cuenta nuestra historia clínica (enfermedades, otros medicamentos que utilizamos,…), a la hora de recetarnos un medicamento para elegir el tratamiento más adecuado en cada paciente.
Dentro de este apartado encontramos varios puntos:
En este apartado del prospecto aparecen las instrucciones de uso del medicamento. Se detallan las dosis (cantidad) que deben administrarse según la finalidad para la que se esté utilizando el medicamento. Eso sí, siempre debemos seguir la recomendación que nos haya dado nuestro médico.
Si estimamos que el medicamento nos hace poco efecto, o por el contrario más del que creemos necesario, lo que NO deberemos hacer nunca es cambiar la dosis sin consultar previamente con el médico.
En ocasiones hay medicamentos para los que se debe ajustar la dosis según vaya a ser utilizado por ancianos o por niños, o, por ejemplo, también en personas con problemas de riñón o hígado. Los medicamentos para los que sea necesario realizar estos ajustes tendrán información detallada en esta parte del prospecto, pero igualmente corresponde al médico realizar estos ajustes.
Aparte de las dosis a utilizar, también tendremos aquí la información de cómo tomarlo. Por ejemplo, nos informará si se puede o no fraccionar el comprimido, si lo tenemos que tomar de alguna forma especial. Tenga en cuenta que hay comprimidos que tienen una cubierta especial que no debe ser dañada, en esos casos nos dirán que debemos tragar el comprimido entero.
Dentro de este apartado también encontramos la información necesaria para el caso de "Si Vd. toma más del que debiera", para el caso "Si olvidó tomar", así como información para aquellos medicamentos con los que se deben seguir instrucciones especiales cuando hay que dejar de tomarlos.
Aquí aparecerán detalladas las condiciones de conservación en que debe mantenerse cada medicamento. Hay medicamentos que precisarán temperaturas especiales. Es importante mantener las condiciones de temperatura y humedad recomendadas porque de lo contrario la fecha de caducidad del medicamento se verá alterada.
Por supuesto se recuerda la importancia de mantener los medicamentos fuera del alcance de los niños.
La automedicación es una práctica irresponsable. El médico debe determinar en cada caso el tratamiento más adecuado. La comunicación con el médico es importante y necesaria para lograr un buen resultado con los tratamientos.
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