El embarazo es un periodo de cambios físicos y psicológicos, que en conjunción con influencias culturales, religiosas, sociales y emocionales puede afectar a la actividad sexual.1
Una de las preocupaciones que pueden surgir en las mujeres que se quedan embarazadas es si podrán o no mantener una vida sexual activa durante los meses de gestación o, si tenerlas puede perjudicar a su evolución.1,2
Los cambios hormonales durante el embarazo producen efectos dispares en la sexualidad de las gestantes. Mientras algunas mujeres aumentan su libido, otras sufren el efecto contrario. Los cambios psicológicos también son muy importantes y pueden afectar a la imagen erótica de la mujer. Son frecuentes los cambios en la esfera sexual y se inician precozmente.1 A continuación, te indicamos las variaciones más comunes en la sexualidad de las gestantes a lo largo de los trimestres:1,3
El primer trimestre de embarazo se suele acompañar de una disminución de la actividad sexual y una disminución del deseo sexual, mientras que el orgasmo mantiene su frecuencia e intensidad. Los primeros cambios físicos y el malestar que se produce en muchas mujeres (náuseas, vómitos, cansancio…) van a influir claramente.
Durante el segundo trimestre, la disminución de las molestias físicas y la adaptación al embarazo genera un mayor bienestar y una mejora en la vida sexual.
En el tercer trimestre, la mayoría de las mujeres experimenta una disminución o ausencia del deseo sexual y una marcada disminución en la actividad coital, muchas veces por miedo a desencadenar el parto. El aumento progresivo del volumen del abdomen incomoda mucho a la mujer, se siente más torpe, le duele la espalda, se fatiga más.
Sin embargo, a no ser que sea por prescripción médica, si existe deseo sexual, no hay por qué dejar de tener relaciones.
¿Hay posturas contraindicadas durante el final del embarazo?2
No hay ninguna postura prohibida durante la gestación. Dependerá de los gustos y preferencias de cada pareja, hay posturas que pueden resultar más cómodas para la mujer, como la penetración de lado, desde atrás o con la mujer encima. Si la penetración produce molestias, como puede ocurrir al final del embarazo si la cabeza del feto está muy encajada, es aconsejable buscar otras alternativas a esta.
También hay que tener en cuenta que pueden aparecer circunstancias clínicas que recomienden la abstinencia sexual, como: antecedentes de aborto habitual, incompetencia cervical, amenaza de parto prematuro, rotura prematura de membranas y/o enfermedades de transmisión sexual.
Como conclusión, el embarazo no tiene por qué afectar a la comunicación, el respeto, la ilusión, los afectos y a compartir momentos de intimidad juntos. Así pues, las parejas tienen que reajustar durante los nueve meses sus expectativas sexuales y de convivencia para hacer frente a un nuevo rol: el de mujer y madre.1
María García Mazón, El deseo sexual de la mujer a lo largo de la gestación, Matronas Prof. 2016; 17(3): 90-97. Disponible en: https://www.federacion-matronas.org/wp-content/uploads/2018/01/original-deseo-sexual-en-el-embarazo.pdf [Último acceso: julio 2022]
Sexo durante el embarazo: qué está bien y qué no, Mayo Clinic, julio 2020. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/pregnancy-week-by-week/in-depth/sex-during-pregnancy/art-20045318 [Último acceso: julio 2022]
El sexo durante el embarazo. Sanitas-Biblioteca de salud. Disponible en: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/vida-sexual/sexo-embarazo.html [Último acceso: julio 2022]
Autora: Dra. Ester Martínez Lamela. Ginecología y Obstetricia. Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid.
PP-LOE-ESP-0076 07/22