En nuestro país, el cáncer de próstata es el cáncer más común en hombres después del cáncer de pulmón, pero, a muchos hombres, las palabras “cáncer de próstata” les provocan un gran rechazo, ya que esta enfermedad suele estar rodeada de mitos, lo que origina situaciones como:
Evitar las revisiones
Sufrir ansiedad y depresión tras el diagnóstico
Temer y evitar el tratamiento por los posibles efectos secundarios
Al abordar estos mitos, podemos dar a los hombres la información que necesitan para actuar con conocimiento e información.
Hecho: Los hombres con cáncer de próstata en etapa temprana no suelen presentar síntomas. Cuando aparecen, a menudo son un signo de que la enfermedad está en fase avanzada. Algunos de estos síntomas pueden incluir:
Dificultad para comenzar o detener el flujo de orina
Necesidad frecuente y urgente de orinar, especialmente por la noche
Sangre en la orina o el semen
Problemas para lograr o mantener una erección
Hay que tener en cuenta que algunos de estos síntomas pueden deberse a otras afecciones de salud y no necesariamente están vinculados con el cáncer de próstata. Por ejemplo, una infección o una próstata agrandada por la edad (conocida como hiperplasia benigna de próstata) pueden tener unos síntomas similares.
Hecho: Dado que el cáncer de próstata en una etapa temprana de la enfermedad suele no presentar síntomas, es importante hablar con el médico sobre los factores de riesgo y si se debieran realizar pruebas de detección. Los factores de riesgo pueden incluir: edad avanzada, antecedentes familiares y raza, ya que los hombres de ascendencia afroamericana tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de próstata, aunque la enfermedad puede aparecer en hombres de distintos grupos étnicos.
Lo importante es tomar una decisión informada junto con el profesional sanitario para llevar a cabo estas pruebas de detección.
¿Cómo se detecta el cáncer de próstata? Las pruebas más comunes incluyen:
Análisis de sangre de antígeno prostático específico (PSA)
Tacto rectal (TR)
Si los resultados de cualquiera de estas pruebas son anormales, probablemente se requieran más pruebas adicionales.
Hecho: Algunos tipos de cáncer de próstata pueden requerir cirugía, radioterapia o terapia hormonal. Otros solo necesitan vigilancia activa.
Como en cualquier tratamiento, existe riesgo de efectos secundarios: disfunción eréctil, alteraciones urinarias o intestinales y pérdida de fertilidad. No todos los hombres experimentan estos efectos y los especialistas pueden ayudar a manejarlos y controlarlos.
Siempre es importante hablar con el médico sobre las opciones de tratamiento y, si es necesario, se puede pedir una segunda opinión.
Hecho: Algunas personas pueden tener una imagen sobre el hombre en la que este es independiente, autosuficiente y fuerte, sin necesidad de requerir ayuda externa. Por este motivo, algunos hombres pueden evitan buscar ayuda médica, algo que no debe ser así pues existen diferentes vías de apoyo para afrontar estos miedos y estigmas:
Hablar con un psicólogo o terapeuta
Unirse a un grupo de apoyo o asociación de pacientes, como ANCAP (Asociación de Cáncer de Próstata)
Aprender técnicas para reducir el estrés y la depresión
Entender que existen herramientas para adaptarse a este tipo de situaciones, cargadas de incertidumbre
Hecho: El cáncer de próstata es una enfermedad grave, pero se puede curar y la mayoría de los hombres diagnosticados no fallecen a causa de ella. La tasa de supervivencia, o esperanza de vida, a 5 años es del 98,6%.
Detectar el cáncer en un estadio temprano es importante porque puede mejorar las probabilidades de supervivencia total.
Qué puedes hacer:
Conoce los factores de riesgo más comunes: edad avanzada, antecedentes familiares y raza
Habla con tu médico sobre la detección temprana si tienes entre 55 y 69 años o antecedentes familiares
Reconoce los signos y síntomas, aunque el cáncer en etapa temprana puede no presentarlos
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