Las enfermedades causadas por virus respiratorios, como el COVID-19, la gripe y la enfermedad neumocócica, pueden afectar a cualquier persona1. Sin embargo, ciertos factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar formas graves de estas infecciones1.
Incluso las personas sanas pueden enfermar gravemente, aunque los niños pequeños, los adultos mayores de 60 años y las personas con enfermedades crónicas o con el sistema inmunitario debilitado son quienes presentan mayor vulnerabilidad1.
Tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad neumocócica:
Niños menores de 5 años.
Adultos de 65 años o más.
Personas con enfermedades crónicas del corazón, pulmones, riñones o hígado.
Diabéticos, fumadores o personas con alcoholismo.
Quienes tienen el sistema inmunitario debilitado (por VIH, tratamientos inmunosupresores o ausencia de bazo).
Pacientes con insuficiencia renal grave, anemia falciforme o implantes cocleares.
El virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, puede afectar a personas de cualquier edad. No obstante, el riesgo de desarrollar una enfermedad grave aumenta en:
Personas mayores.
Quienes padecen enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas o cáncer.
La gripe estacional puede causar complicaciones graves en determinados grupos, por lo que se recomienda la vacunación anual para:
Mujeres embarazadas.
Niños de seis meses a cinco años.
Personas de 65 años o más.
Personas con enfermedades crónicas.
Profesionales de la salud.
Medidas principales:
Inmunizarse frente a la gripe y la COVID-19.
Mantener una buena higiene: lavarse las manos con frecuencia y limpiar superficies de uso común.
Ventilar los espacios o reunirse al aire libre siempre que sea posible.
Evitar contagiar a otros si se presentan síntomas y buscar atención médica temprana en caso de riesgo de enfermedad grave.
Medidas adicionales:
Usar mascarilla y mantener distancia en situaciones de riesgo.
Realizar pruebas diagnósticas para detectar rápidamente virus respiratorios y actuar a tiempo.
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