Las limitaciones por la pandemia nos han obligado a todos a un esfuerzo por digitalizarnos, también a las asociaciones de pacientes, que han tenido que trasladar a formato online la mayoría de su actividad, cambiando las reuniones y charlas informativas por videoconferencias, emails o campañas en redes sociales.
Pero el centro de operaciones de la presencia online sigue siendo la página web. Si estáis pensando en darle un lavado de cara, renovarla o incluso crear una nueva, os acercamos una serie de conceptos básicos a tener en cuenta a la hora de juzgar una web.
Si tu asociación no tiene aún logotipo, quizá el rediseño de la web sea un buen momento para plantearse crear uno. Si ya dispone de él, es recomendable que la nueva web sea coherente con su estilo, tipografía y colores. Para ello resultan muy útiles las paletas de colores complementarios, que puedes conseguir gratuitamente en webs como Color Wheel o Color Hunt. Si introduces el color predominante en tu logo, te genera automáticamente una paleta de colores complementarios, con los que puedes jugar en el diseño. Recuerda a la hora de escoger color para el texto que debe tener contraste suficiente con el fondo para facilitar la lectura.
Un diseño bonito ayuda, pero no lo es todo. De nada sirve si no es también intuitivo, si los usuarios se pierden o no encuentran lo que buscan dentro de la web. Para evitarlo es fundamental la sencillez en la arquitectura, es decir, la forma en que se ordena y categoriza la información, que lo más importante aparezca directamente en portada o se pueda acceder de un solo click. Un ejercicio fácil y muy útil para comprobar la usabilidad de un nuevo diseño es pedirle a una persona no familiarizada con la web que acceda e intente completar alguna tarea habitual, como descargarse el último estudio de la asociación o encontrar el teléfono de contacto. Si le cuesta más de 10 segundos encontrarlo o varios pasos (clicks) llegar es que la arquitectura es todavía mejorable.
A la hora de juzgar un nuevo diseño web resulta clave no mirarlo solo en la pantalla del ordenador sino abrirlo también desde una tablet y, sobre todo, desde un teléfono móvil, que es el dispositivo desde el que nos visitarán la mayoría de nuestros usuarios. Por eso es tan importante que el nuevo diseño sea responsive, es decir, que tenga distintas versiones que se adapten a las dimensiones del dispositivo desde el que se accede. Por ejemplo, las pantallas de los móviles son táctiles pero pequeñas en comparación con las de los ordenadores, así que los botones y pestañas han de ser más grandes y con iconos en vez de texto.
El pixel de Google Analytics es un código de seguimiento, algo así como el torno del metro, que registra todas las visitas, en este caso de una web. Es imprescindible tenerlo instalado para poder utilizar Google Analytics, el servicio estándar de medición de tráfico web, que es gratuito. En concreto, el pixel no es más que un pequeño texto html que se obtiene aquí y se inserta en las tripas del diseño de la web, quedando oculto. Una vez instalado, el pixel empieza a recoger datos, lo que permite consultar información muy valiosa de tu web a través de Google Analytics. No solo del número de visitas, también las secciones más frecuentadas por los usuarios, los términos de búsqueda por los que han encontrado tu web o la hora y procedencia geográfica de las visitas, entre otros.
Hay pocos aspectos que Google penalice tanto como tener “enlaces rotos” dentro de tu web, es decir, links que no funcionan, sea porque la url está mal escrita o porque la web a la que dirige el enlace ya no existe. Si queremos optimizar nuestro posicionamiento en Google es importante encontrar esos enlaces rotos y eliminarlos. Para ello existen herramientas online gratuitas que nos ayudan rastreando nuestra web y localizando esos errores, en caso de haberlos, como Dr. LinkCheck o Broken Link Check.
Otro aspecto que Google tiene mucho en cuenta a la hora de posicionar en su buscador es la velocidad de carga, que la web tarde el menor tiempo posible en cargarse en el dispositivo. Si probamos desde una red wifi la respuesta suele ser casi inmediata, pero podría demorarse si accedemos desde un dispositivo conectado a señal 3G o 4G y la web no está optimizada. Existen herramientas gratuitas para medir la velocidad de carga actual de tu web, como Pingdom o Page Speed, que además hacen un diagnóstico de qué es lo que más pesa y te orientan con consejos.