Wearables: los retos y oportunidades del paciente conectado
Las nuevas tecnologías están ayudando a moldear el perfil de un nuevo paciente, mejor informado, más conectado y que asume un rol cada vez más activo en el cuidado y gestión de su propia salud. Los dispositivos móviles y en particular los wearables contribuyen de forma decisiva a una monitorización continua de indicadores de salud.
Lo primero de todo es definir qué es un wearable, un término que engloba todos los dispositivos digitales que se pueden llevar puestos en contacto con alguna parte de nuestro cuerpo, que recogen continuamente información e interactúan con otros dispositivos para transmitir datos. Los más comunes son los relojes electrónicos y las pulseras de actividad, pero también hay gafas, auriculares o guantes, entre otros. Los teléfonos móviles (smartphones) no se consideran wearables, si bien es común que los wearables estén vinculados a un móvil, al que transmiten sus datos, como el número de pasos diarios, el ritmo cardíaco o la calidad del sueño.
Dos factores han ayudado decisivamente a popularizar los wearables. Por un lado, que su precio ha disminuido progresivamente, merced al abaratamiento de los sensores, lo que ha democratizado su acceso. Además, esos sensores son cada vez más precisos y por tanto sus datos más fiables y representativos.
Por otro lado, su tamaño reducido, que redunda en su comodidad de uso en comparación con los primeros wearables, mucho más aparatosos. Al fin y al cabo, una de las claves de los wearables es poder llevarlos puestos constantemente para que no dejen de recoger datos.
Retos
La aplicación de los wearables a la salud no está exenta de retos, los propios de la implantación de cualquier nueva tecnología. Uno de los principales que plantea es la gestión de los datos por parte del usuario o paciente, cuya interpretación requiere unas nociones básicas. Estos dispositivos ofrecen información muy útil en tiempo real, pero es importante entender que no sustituyen los exámenes y pruebas médicas en la gestión de la patología, y desde luego tampoco la figura del profesional sanitario.
Por otro lado, la gente mayor, el perfil de usuario al que más podría ayudar la monitorización de datos de salud, al ser la más tendente a sufrir patologías crónicas y comorbilidades, es precisamente aquel en el que menos penetración de mercado tienen por el momento los wearables.
Oportunidades
La utilización de wearables ofrece a los usuarios y pacientes la posibilidad de gestionar y consultar sus propios datos de salud: más información como herramienta de empoderamiento. Estos dispositivos favorecen el autocontrol, la adherencia terapéutica y los hábitos de vida saludable, claves en la prevención. Según el estudio “Wearable Life 2.0” de PwC, con datos de una encuesta a menores de 40 años, ocho de cada 10 consultados destacan que los wearables promueven una vida más sana, ayudando a controlar parámetros como el ejercicio o la calidad del sueño.1
Referencias
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Price Waterhouse Coopers - Wearable Life 2.0 - https://www.pwc.com/ee/et/publications/pub/pwc-cis-wearables.pdf