Eduardo Castro Carratalá
Servicio de Medicina Intena. Hospital Malva-Rosa.Valencia.
C.S. República Argentina. Valencia.
Sabemos que la continencia urinaria es
una función básica que se adquiere en la infancia
a partir de los 2 a 3 años de edad, debiéndose
mantener hasta edades avanzadas,
en ausencia de procesos de enfermedad que
precipiten la misma. La incontinencia urinaria
es un problema de incidencia y prevalencia
creciente según avanza la edad del individuo;
es, por tanto, una disfunción que puede presentarse
a cualquier edad de la vida, aunque
es en los ancianos más frecuente, no está
considerada como una enfermedad por la
OMS sino como un síndrome, que puede acompañar o ser el resultado de diferentes
patologías que, bien por sí solas o de forma
asociada, son capaces de provocar un fallo
anatómico o funcional a nivel del tracto urinario
inferior.
En cuanto a su prevalencia, los estudios
epidemiológicos existentes en nuestro país
son escasos y no globales, pero habiendo
transpolado otros realizados en países de
nuestro entorno y características similares
de la población, se demuestra que el problema
es más frecuente en la mujer que en
el hombre, y que esta disfunción aumenta
con la edad, pero según se avanza en la
edad, se va igualando el problema en ambos
sexos; esto se puede observar a partir
de los 80 años, cuando, como consecuencia
de los procesos prostáticos que padece
el hombre, las cifras tienden a igualarse.