Especialista en neurofisiología. Hospital Arnau de Vilanova, Valencia
Cada vez es mayor la importancia que tiene una adecuada higiene de sueño, ya sea para evitar la aparición de determinadas patologías del sueño, para aminorar los efectos que pueden tener sobre otras enfermedades, o para un adecuado desarrollo de la actividad diaria y profesional de la persona.
Al contrario de lo que se pensaba antiguamente, hoy se sabe que el sueño es un proceso activo, donde intervienen y se interrelacionan multitud de procesos bioquímicos, hormonales y cognitivos.
A la hora de predisponernos a tener un buen descanso hay que perseguir dos objetivos.
El primer objetivo persigue restablecer el dormitorio como lugar privilegiado para dormir, eliminando su carácter de señal para el inicio de actividades mentales o físicas.
Cuatro aspectos han de ser tenidos en cuenta en la consecución de este primer objetivo:
El segundo objetivo está en relación con los factores que influyen en el inicio y mantenimiento del sueño. Se debe buscar en primer lugar aquellas posturas que al dormir permiten un descanso cómodo para la persona, evitando posiciones que produzcan episodios dolorosos que interrumpan el inicio o el mantenimiento del sueño, para posteriormente abordar la higiene propiamente dicha.
De todo lo anterior se desprenden unas reglas básicas y unas recomendaciones a la hora de adoptar una adecuada higiene del sueño.
Basado en un material del Dr. Juan Fermín Ordoño.